La noche (1961), Antonioni

El diálogo postrero entre los personajes de Moureau y Mastroianni. De las obras más entrañables de Michelangelo Antonioni. El amor es el sentimiento más elusivo y enigmático de cuantos existen.

Canal (1957), Wajda

Le fantôme de la liberté (1972), Buñuel

Una de las secuencias memorables del hispanomexicano y una de las más intrigantes y brillantes del cine: un mundo en donde la defecación se ha socializado y el comer es lo asqueroso, oculto e innombrable. Gran ironía de la sociedad tardocapitalista de la segunda mitad del siglo XX y de las contradcciones de las convenciones sociales vigentes.

París, Texas (Wim Wenders)

Una de las grandes piezas de Wim Wenders, cuando Wenders era lo que era...

Cría Cuervos (1976), Saura

De Carlos Saura esta gran obra sobre el final del franquismo, la memoria, la fragilidad de las relaciones humanas y la ausencia. Una de las películas que cala hondo cuando la ves. Imprescindible. El inicio no tiene desperdicio...

Chungking Express (1994), Wong

Una de mis predilectas de Wong Kar-Wai junto con In the Mood for Love o Fallen Angels. La necesidad de afecto, la soledad inmensa de las urbes, la necesidad de escuchar y ser escuchados, de ser tocados, estimados. Con la sorprendente fotografía de Christopher Doyle y el ritmo ondulante de Wong, una de las mejores piezas de la década de los 90.

Cenizas y diamantes (Wajda)

Hay que revalorar la obra de Andrzej Wajda, uno de los cineastas vivos más importantes del siglo XX y principios del XXI.

Paisaje en la niebla (1988), Angelopoulos

Una de las obras maestras de Theodoros Angelopoulos, director de El apicultor, El viaje de los comediantes, Viaje a Citeria o las más conocidas La mirada de Ulises y La eternidad y un día. Dos niños viajan para buscar a su padre hasta (no) encontrarlo. Mientras tanto se descubrirán entre la soledad, la niebla, el tránsito espacial e interior. Para Angelopoulos, en el principio de todo fue el viaje... Inagotable, gocen de una muestra entrañable de arte cinematográfico. Música de Eleni Karaindrou, guión de Tonino Guerra y fotografía de Giorgios Arvanitis, los colaboradores predilectos del cineasta griego.

La rodilla de Clara (1970), Rohmer

Nunca sobra recordar a Eric Rohmer, el cineasta de la disección de las relaciones amorosas, la seducción, el dolor, el deseo palpitante, los dilemas éticos, la fotografía de Néstor Almendros... Éste es el inicio de uno de sus filmes emblemáticos; pueden verlo completo si siguen los enlaces.

Salut les cubains (1962-63), Varda

Como deben advertir este blog es admirador declarado de la obra artística de Agnès Varda. Sus ensayos documentales, sus documentales-ficción y sus documentales autobiográficos, así como sus piezas de ficción integran un rompecabezas de inusitados honestidad y rigor intelectual en la actualidad. El conjunto de su obra es un testimonio conmovedor del equilibrio entre la autoreferencialidad (sobre todo en sus piezas más recientes) y la reflexión más acuciosa de la(s) realidade(s).

Hombre muerto (1995), Jarmusch

Ésta ha sido una de las plículas cuya primera visión me han influido entrañablemente. Así Stalker, París Texas, Azul o La mirada de Ulises. Trepidante road movie existencial, metafísico, que indaga sobre las ramas más frágiles de la vida, la poesía, el fenecer. I'm William Blake, and you and me we're Nobody. En definitiva una de las cimas del estadounidense Jim Jarmusch, a la par de Más extraños que el paraíso (1984), Bajo la ley (1986), Flores rotas (2005) y Los límites del control (2008). Sé que es un crimen ver por retazos cualquier obra de arte, y más ésta. Pero bien vale como una prueba para que se lancen al banquete.

Nadja à Paris (1964), Rohmer

¡Hasta siempre Eric Rohmer!

Aquí un artículo del New York Times acercándose a su obra cinematográfica.

Primavera, verano, otoño, invierno... Primavera (2002), Kim

La película por la que muchos descubrimos en México el mundo cinematográfico de Kim Ki-Duk. Una de las mejores secuencias de este filme sobre el aprendizaje existencial, la culpa, la redención, la búsqueda espiritual. Todo en el marco de un relato que no deja impasible a nadie. De ritmo acompasado, una fotografía generosa, sin peroratas morales, Kim nos regala una obra rotunda, bella, inaprensible, indeleble.

Bande à part (1964), Godard

Una secuencia emblemática de uno de los autores emblemáticos no sólo del cine europeo sino de todos los tiempos. Sirva pues este fragmento para incitar, invitar, sugerir, conminar a que visiten su filmografía tanto la reciente como la pasada.

Vivir su vida (1962), Godard

El diálogo clave. La búsqueda de todos tan temida, la búsqueda por siempre inevitable.

Para comenzar el año con la mirada renovada, atenta y siempre en la exploración, va este fragmento del maestro cuya vindicación nunca sobra.

Merci Godard!